sábado, 5 de diciembre de 2009

Avistamiento lunar

Bien me podía haber contado los lunares del cuerpo mientras que esperábamos a ver la luna real y seguro que hubiese dado varias vueltas al cuerpo y mira que tengo!

Os cuento... la noche anterior ya os comente que me quede alucinada con la visión de la luna llena. Tan grande, tan majestuosa, para no olvidar nunca. Así que nos fuimos a la orilla de la playa en Rawson, los tres y la gata con nuestro cochecito, y unos sándwich para comer, por lo visto o no miramos bien el reloj, o de un día para otro la luna se retrasa más de lo que esperábamos.

Fue realmente divertido y agudizó nuestra paciencia, estuvimos esperando y esperando... y esperando... menos mal que fuimos con comida y con Pepa, que amenizó la espera, salimos a correr por la arena con ella. Gonzalo corría y ella detrás es medio perro esta gatita, buena y guapísima, para comérsela. Hacía mucho frío así que no pudimos disfrutar mucho de la arena y de la brisa marina.


Casi desistimos, pero noooo, seguimos esperando y esperando, el cielo estaba oscurísimo, vimos un satélite muy brillante y enorme, las estrellas se veían estupendamente, ya eran las 22:30 pero ni rasto de la luna, así que decidimos bordear la costa un poco, para hacer tiempo y por supuesto siempre mirando al horizonte y ahí apareció el mínimo resplandor sobre el mar, a los pocos minutos allí estaba otra vez, un poco mermada por una esquinita, pero grandísima, naranja y tranquilizadora como tila triple. ¡¡¡Me encantó!!!, mereció la pena esperar. Aquí tenéis alguna foto, aunque no refleja fiel la realidad, os podéis hacer una idea.


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