lunes, 22 de febrero de 2010

Rio Grande - Ushuaia

Nos levantamos tempranito y salimos a buscar un lugar para desayunar, es bástate complicado, hay pocas cafeterías, por no decir casi ninguna. Compramos unas empanadas para tomar en el camino. Algunas curiosidades del pueblo.

Contenedores de reciclaje modelo huevo.

Frente a un comercio llamado París, una buena forma de localizarlo.

A falta de árboles, antes que no poner nada...

El camino empieza a ser diferente, mucha arboleda, apenas alguna llanura. Llega un momento en el que sólo nos rodean árboles, unos verdes otros secos y caídos formando un paisaje muy particular.

Empiezan a aparecer algunos lagos y el mar, el paisaje es totalmente diferente a todo lo anterior. Vemos una cascada y paramos a sacar fotos y a tocar el agua. Seguimos ruta, los lagos son increibles, aguas totalmente turquesas.

La entrada de la ciudad es bonita, nos dirigimos enseguida a la oficina de turismo, donde nos informan rápidamente de los alojamientos que había disponibles, son muy amables, llaman a los hostales y albergues para ver la disponibilidad, visitamos un par de ellos y nos decidimos por un albergue, muy bonito, un lugar con encanto, las paredes están repletas de postales y fotos de personas o lugares del mundo. Es un lugar muy cálido, disponemos de cocina y la habitación es limpia y amplia.

Cenamos y a descansar.

sábado, 20 de febrero de 2010

Pensamientos de una tarde de sábado...

Mientras tú te mueves los demás son los que notan tu cambio y alguno de ellos disfrutan o envidian tu camino. Siempre observé el movimiento en los mayores, en los amigos precoces, esos que contaban batallitas de tierras lejanas, en las que vivía tal o cual familiar y se marchaban de veraneo volviendo con aventuras increíbles, en los intercambios de idiomas con otros países, en los aventureros de los documentales y me parecía algo alucinante y disfrutaba de ello a mi manera, pero tan sólo hoy cuando mis pies están comenzando a caminar y los años van pasando por mi me doy cuenta de lo sencillo que es descubrir y de lo importante que es sentarse a pensar en ello, detenerte, disfrutar y sobre todo aprender de tus pasos.

Hoy soy yo la que da de que hablar, la que cuenta experiencias y costumbres de países lejanos a mi tierra, a la que echan de menos, con la que tal vez un niño prenda la mecha de sus sueños.

Cuando empecé a tener uso de razón me imaginaba viajando, recorriendo mundo, probando comidas exóticas sin ser consciente en ningún instante de que todo ello conlleva otras sensaciones, esfuerzos sentimentales, me quedaba imaginando sin pesos en lo puro de descubrir, me despojaba de toda carga adulta, de toda distancia real, para disponerme a recorrer con mi imaginación cualquier lugar sin importarme su moneda, el lenguaje de la zona, la gastronomía o las miles de enfermedades que sin duda alguna existen en ellos. Era maravilloso y así noche tras noche caía rendida, en cualquier rincón de quién sabe cuál continente, para despertarme a la mañana siguiente en casa, sin duda el mejor lugar al que uno puede llegar a parar.

Mi punto de partida y mi destino final.


Foto: en una calle de Madrid, me gusta mucho y me trae muy buenos recuerdos.

jueves, 18 de febrero de 2010

Punta Arenas a Río Grande

Nos despertamos y sigue lloviendo, vamos a dar una vuelta por la ciudad y comprar algo para comer, visitamos un barrio que se encuentra en lo alto de la ciudad, subiendo una gran cuesta, allí podemos observar unas vistas más panorámicas.

El ferry sale a las 14:30, con destino a Porvenir, salimos un poco antes del hostal, comemos temprano y nos acercamos a la Zona Franca, que es un lugar donde se pueden encontrar todo tipo de productos más económicos sin impuestos, pero es una hora algo mala, así que están todos los comercios cerrados, es una gran calle cerca del puerto, al principio de ella dos grandes centros comerciales con todo tipo de tiendas y siguiendo la calle, tiendas de muebles, de repuestos, de coches... mucha gente va allí especialmente para comprar coches y cosas así.

Llegamos al ferry compramos los tickets y subimos con coche y todo, nuestra primera experiencia de viajar en ferry con coche jeje, el viaje es de dos horas y media, no nos mareamos ni nada, bueno, lo cierto es que tomamos unas gotitas para el mareo, pero la verdad es que no fue muy agradable, el mar estaba un poco movido y el movimiento no es como el de un tren o un coche, que personalmente ya sabéis los que me conocéis que me da sueñito... prefiero cualquier otro medio de transporte que no sea el barco, pero llegamos bien.

Una vez que llegas, desembarcas en un pequeño pueblito, solamente hay una carretera así que no hay perdida, nos dirigimos a Río Grande, el paisaje empieza a ser precioso, es la Patagonia chilena, hay montañas y valles y acantilados, el mar y vemos animales en libertad, más guanacos. No podemos dejar de mirar el paisaje, el camino es de tierra pero no está en mal estado. Aquí os dejo fotillos para que las veáis, realmente fueron las vistas que más me gustaron, salvajes y accidentadas, seria porque no había asfalto que le daba a todo un toque más natural. Me encanto.

Pasamos una frontera más, volvemos a entrar en Argentina,¡¡¡ ya estamos en Tierra del Fuego!!!, llega el asfalto y el paisaje comienza a ser otra vez mas árido, pero nos encontramos con el atardecer, precioso y cautivador, esta es una de las fotos que más me gusta del viaje, quizás no os parezca nada del otro mundo, pero en directo es maravilloso.

Llegamos a Río Grande, la ciudad es destartalada y bastante grande pero tiene detalles curiosos que ya mañana publicaré, llegamos al hostal que es bastante cómodo y muy barato, con buenas camas y calefacción, salimos a cenar a un restaurante pizza y volvemos al hostal derrotados.

lunes, 15 de febrero de 2010

Cambio de look!


Aquí estoy yo, si si soy yo, ya hacía falta un cortecito y bueno...el color en unos días, un chocolate. Ya me diréis que os parece. A partir de ahora acostumbraros a verme con 10 años menos jejeje.

Os quierooo, mañana más de mi viaje al sur. Hoy con esta sorpresa hay suficiente jeje.

sábado, 13 de febrero de 2010

¡¡Teletransportador ya!!

Hoy es un día de esos en los que uno está y no está, que desde que abres el ojo la cabeza te vuela a cualquier otro lugar y piensas... si tuviera un teletransportador me iría a... hoy tocó...

¿Lo sabéis ya no? Pues si hoy hubiera paseado otra vez por las calles de París, visto algún espectáculo de teatro o mejor de Disney, puesto mis orejitas de ratita y reído como loca bailando con Pluto. Hubiese salido corriendo hacia mi castillo de princesa, puesto mi mejor vestido paseado por Montmartre, tomado un café mirando la Torre Eiffel... y cenado en cualquier lugar con música en directo o un ambiente cálido y tranquilo, por supuesto no sola.

Pero bueno, a pesar de querer teletransportarme hoy está siendo un buen día, sigue haciendo frío, por lo visto el verano se perdió en algún lugar muy lejano y no piensa volver, anoche salí por primera vez a bailar, quitando las noches de Navidad, salimos sin chicos así que bailamos hasta que me dolieron los pies y hoy toca asado o comer algún tipo de carne que van a hacer en casa de unos amigos, así que me ducharé buscare algún look parisino… y a vivir lo que nos toca mon amis!!.

Je vous aime et vous manquez!

viernes, 12 de febrero de 2010

Punta Arenas

Tras descansar y recuperar fuerzas, decidimos pasar un día más en Punta Arenas para conocerla y después retomar el camino. El día amaneció nublado, por la mañana aprovechamos para cambiar dinero, de pesos argentinos a pesos chilenos, que para quién no lo sepa un euro es como 717,4267 pesos chilenos, las cantidades asustan en un principio, el aparcamiento de la calle te cuesta 300 pesos chilenos la hora, aún estamos trastornados con los euros, veías los escaparates y menuda impresión, una camiseta 25000. Aquí os muestro los billetes y un detalle de uno de ellos.

Después de comer, sin siesta ni nada fuimos a dar una vuelta por la ciudad andando, al poco rato se puso a llover. Pero aquí podéis ver detalles de la ciudad, arquítectura y mobiliario.

También vimos uno de los museos más importantes de la ciudad, la casa Brown. Era impresionante, los lujos de esa casa y lo bonitos que eran los detalles, bajamos también a la planta de abajo que es dónde vivían los sirvientes. Aquí tenéis la sala de juego y la cocina.

Después buscamos una cafetería para tomar algo caliente, me pedí un chocolate, ya que por aquí los cafés descafeinados no se conocen y la verdad es que fue lo mejor podia haber hecho, estaba riquísimo, solo eche en falta unos churritos.

Después volvimos a casa y estuvimos charlando con el matrimonio del hostal, una pareja ya de 80 años de edad, Don Edison nos contó miles de historias de su juventud, de su vida de gaucho, sus avistamientos de ovnis, nos cantó y recitó poemas dedicados a su mujer, a su perro fiel compañero y derramó algunas lágrimas poniéndole una ilusión a la vida envidiable. Fue un final de tarde de esos para no olvidar. Tomamos infusiones y mermelada de ruibarbo con pan tierno y matequilla.

Dedicadas: estas dos van dedicadas una a mi abuela, me acorde mucho de ella ya que había muchísimas tiendas de lanas y la otra va dedicada a Noelia mi elfa, otra adquisición, no es lo que parece, es la lotería que se llama así.