Nos levantamos tempranito y salimos a buscar un lugar para desayunar, es bástate complicado, hay pocas cafeterías, por no decir casi ninguna. Compramos unas empanadas para tomar en el camino. Algunas curiosidades del pueblo.
Contenedores de reciclaje modelo huevo.
Frente a un comercio llamado París, una buena forma de localizarlo.
A falta de árboles, antes que no poner nada...
El camino empieza a ser diferente, mucha arboleda, apenas alguna llanura. Llega un momento en el que sólo nos rodean árboles, unos verdes otros secos y caídos formando un paisaje muy particular.
Empiezan a aparecer algunos lagos y el mar, el paisaje es totalmente diferente a todo lo anterior. Vemos una cascada y paramos a sacar fotos y a tocar el agua. Seguimos ruta, los lagos son increibles, aguas totalmente turquesas.
La entrada de la ciudad es bonita, nos dirigimos enseguida a la oficina de turismo, donde nos informan rápidamente de los alojamientos que había disponibles, son muy amables, llaman a los hostales y albergues para ver la disponibilidad, visitamos un par de ellos y nos decidimos por un albergue, muy bonito, un lugar con encanto, las paredes están repletas de postales y fotos de personas o lugares del mundo. Es un lugar muy cálido, disponemos de cocina y la habitación es limpia y amplia.
Cenamos y a descansar.
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Detalle curioso del día, ¿sabes que la zona estuvo llena de nazis?
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